La
salud mental hace referencia al estado de bienestar emocional psíquico y social
que afecta las formas en cómo
pensamos, sentimos y actuamos en nuestra vida diaria de acuerdo a nuestras
propias capacidades, y por ende varía de un sujeto a otro y de una comunidad a
otra.
- Los trastornos de personalidad asociados a neurosis, esos son los casos que generalmente vemos los psicólogos”
- Trastornos mentales orgánicos (Alzheimer, demencia vascular, demencia senil, etc.)
- Trastornos mentales debidos al consumo
de sustancias (alcohol o drogas).
- Trastornos psicóticos (Esquizofrenia,
trastorno esquizotípico, etc.).
- Trastornos afectivos (trastorno bipolar,
trastorno depresivo, manías, etc.).
- Trastornos de ansiedad (fobias,
trastorno obsesivo-compulsivo, estrés posttraumático,
trastornos disociativos, etc). - Trastornos del comportamiento
(trastornos alimenticios, trastornos del sueño, etc).
- Trastornos de la personalidad
(histrionismo, narcisista, etc).
- Trastornos son depresivos, los cuales, están asociados a desajustes emocionales causados por el mismo nivel de estrés, las exigencias de la vida diaria o la frustración.
- Problemas socioeconómicos también alteran la personalidad, principalmente por la pérdida de empleo, además de la violencia y la inseguridad.
Para abordar y dar alternativas de manejo a los riesgos psicosociales que más se presentan en nuestra comunidad, comienzo por mencionarlos, para entrar en contexto:
El estrés, violencia intrafamiliar, acoso laboral, acoso sexual, abuso sexual, inseguridad contractual, el burnout o Desgaste profesional, desigualdad económica, trabajo emocional, desigualdad en la educación y Otros riesgos psicosociales
Plan de acción, por medio de enfoques transversales:
Plan de acción, por medio de enfoques transversales:
1. Cobertura sanitaria universal: independientemente de la edad, sexo, estatus socioeconómico, raza, etnia u orientación sexual, y de acuerdo con el principio de equidad, las personas con trastornos mentales deberán poder acceder, sin riesgo de empobrecimiento, a servicios de salud y sociales esenciales que les permitan recuperarse y gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr.
2. Derechos humanos: las estrategias, acciones e intervenciones terapéuticas, profilácticas y de promoción en materia de salud mental deben ajustarse a la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y a otros instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos.
3. Práctica basada en evidencias: las estrategias e intervenciones terapéuticas, profilácticas y de promoción en materia de salud mental tienen que basarse en pruebas científicas y/o en prácticas óptimas, teniendo en cuenta consideraciones de carácter cultural.
4. Enfoque que abarque la totalidad del ciclo vital: las políticas, planes y servicios de salud mental han de tener en cuenta las necesidades sanitarias y sociales en todas las etapas del ciclo vital: lactancia, infancia, adolescencia, edad adulta y ancianidad.
6. Emancipación de las personas con trastornos mentales y discapacidades psicosociales: las personas con trastornos mentales y discapacidades psicosociales deben emanciparse y participar en la promoción, las políticas, la planificación, la legislación, la prestación de servicios, el seguimiento, la investigación y la evaluación en materia de salud mental.